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martes, 21 de enero de 2014

JOCABED……….LA MADRE INGENIOSA.

Durante años el pueblo de Israel sufrió en Egipto esclavitud, fue ultrajado, violentado, y nos encontramos en un momento donde el Faraón hace un decreto en el cual dice que todo niño varón nacido en el pueblo hebreo debe morir, echado al río.
Era un momento crítico para el pueblo de Israel, pero Dios contestó al clamor de su pueblo, y su primer paso en la salvación de su pueblo fue elegir no a un hombre sino a una mujer, ahh herman@s aquí es donde aparece Jocabed.
Jocabed, esposa de ­Amrán de la tribu de Leví. Alguien podría decir o pensar que es una de las injusticias de la historia que, a pesar de su noble ejemplo de fe combinado con sus obras, su nombre es uno de los menos conocidos de las Escrituras: “la madre de Moisés”, no su nombre era Jocabed. Quiza es porque, cual astro brillante en presencia del sol, se pierde en el fulgor de su ilustre hijo.
Sea como fuere, no por eso pierde su importancia en el firmamento de las grandes personalidades de la Biblia, pues con toda justicia, Jocabeb es una de las grandes madres de todos los tiempos, debido al papel decisivo que jugó e la historia del pueblo Escogido. Su derecho a una fama imperecedera no descansa tato e su parentesco con Moisés, sino en su gran parte fe la cual pudo elevarse por encima de obstáculos que parecían insuperables. Cuando la situación política de su pueblo había sondeado las profundices de la desesperación Jacobeb no pudo olvidar la promesa del Señor a Abraham Ten por cierto que tu simiente será peregrina en tierra no suya y servirá a los de allí y serán por ellos afligidos cuatrocientos años....Mas en la cuarta generación volverán acá…Gn 15: 15-18

EL INGENIO MATERNO

El tiempo para el cumplimiento de esta promesa ya se acercaba, y la devota Jocabed naturalmente anhelaba la llegada del Libertador y oraba porque no tardara en llegar ese día, y que paso pues que nació Moisés.
En Hebreos encontramos las siguientes frases: por fe Moisés, nacido, fue escondido por sus padres tres meses porque le vieron hermoso niño y no temieron al mandamiento del rey. Para ello podemos ver dos razones para su conservación: era “hermoso” y “no temieron al rey”. Hermoso traducido en el original significa algo más que un aspecto externo, agraciado, de manera que podemos deducir que Jocabed percibió e el niño algo que para los demás pasaba despercivido y que lo hacía diferente a sus hermano, quien os dice que esa madre en su interior intuía que el niño iba a ser un instrumento escogido por el Señor, y con esa convicción y poniendo su propia vida en peligro, escondió al niño del mandato real. Os imagináis esa situación, tenía que haber tanta fe en esa mujer, tal confianza en Dios, que nada le importaba del decreto real, sino del temor de Dios,(quien pudiera meterse en esos momentos históricos como espectador para poder vivirlo en primera persona, bueno ese es un sentir mio, sería perdonarme la expresión aunque muy mía no muy correcta, sería chutarse todo aquello que nos dan las Escrituras en vena sentir,oír, bueno que me voy de tema).
En el transcurso de las semanas vio a ser más difícil ocultar al pequeño en la casa, ya que cabía que algún vecino lo oyera o lo viese y pudiese denunciar a la madre a las autoridades, y fue esas circunstancias cuando ideo su plan, imaginamos que había orado mucho antes de hacerlo,, construyo una arquilla de juncos, la calafateó con brea, metió en ella a su pequeño para ocultarla entre los juncales en uno de los remansos del Nilo.
No tenía la menor idea de cómo el Señor salvaría al niño, pero supo que pudo y confiaba que lo haría y con tal confianza volvió a su quehaceres.

LA FE MATERNA

Jocabed había dejado a su hija jugando cerca del escondite con el fin de vigilarlo. Imagino que no debía ser muy fácil la postura de la niña pues se debía librar en su corazón una batalla entre la fe y la duda. Por unos momentos triunfaba la fe en el éxito del plan ingenioso de su madre, para luego desvanecerse ante los asaltos de la duda, y en medio de esos pensamientos vio acercarse a la hija del Faraón
Lo que sucedió después ya lo sabemos (digo para acotar el texto ) la princesa lo vio y quedo prendada de él y decidió quedarselo.
Recorremos todos esos momentos y nos quedamos en el que la niña va a buscar a Jocabed para que se presente como ama para el bebé. Imaginamos como debió ser ese momento para ella y como antes de abandonar su casa para dirigirse a palacio donde elevaría su corazón al cielo en una ferviente plegaría de gratitud y alabanza al Señor por su maravillosa intervención a favor del pequeño. Nada hay imposible para Dios, él hace que la ira de los hombres le alabe, de manera que lo que más extraordinario parece a los hombres, no presenta problema alguno para el Altísimo. Todo el poderío de la gran nación egipcia estaba en contra de su siervo Moisés, solamente la abrogación del edicto por el mismo Faraón o la intervención de un miembro de la familia real, podría poner a salvo a este niño escogido, y de los dos, Dios eligió a la princesa como instrumento para adelantar sus designios en lo tocante a la liberación de su pueblo.
La fe de Jocabed fue premiada con mucho más de lo que ella había soñado. El niño fue nuevamente llevado a su lado, su sostén lo cubría la casa real y por encima de todo recibía sueldo por cumplir las gratas tareas impuestas por su amor maternal. De esta manera, Jocabed y la hija del Faraón cooperaron con el Eterno para asegurar la instrucción del niño, la madre, en la ley de Dios, y la princesa en la sabiduría de los egipcios.
Este dramático incidente en la historia del gran líder de Israel, destaca la manera en que Dios puede valerse de cualquier medio para lograr sus propósitos. ¿Quien puede oponerse a sus planes sin incurrir en su propia ruina? A semejanza del Mesías, Moisés nació bajo sentencia de muerte, sus padres tuvieron que tomar medidas extraordinarias para salvarle, y Egipto fue la escena de la salvación de ambos, a fin de que uno llegara a ser el salvador de su nación y el Otro el Salvador del mundo.

LA ESCUELA MATERNA.

Moisés pasó su niñez en circunstancias ideales , rodeado del cariño y la piedad de Jocabed, aprendiendo por precepto y ejemplo lo concerniente al amor redentor del Dios de Israel. Debió contarle la historia del decreto real una y otra vez, le contaría probablemente lo burdo del paganismo de los egipcios y la fidelidad del Señor, resumiendo le impartiría una educación en su tierna infancia con sumo esmero y devoción hasta dejar una huella profunda en su corazón, tato que ni el grosero paganismo de aquella época, ni su posterior profundización en la ciencia egipcia pudieron disminuir la viva fuerza de ella.
Cuán fácil es engañarnos y creer que no es realmente necesario una educación de las Escrituras y del amor del Señor a los niños muy pequeños hasta que lleguen a una edad escolar, si Jocabeb hubiera actuado así Moisés hubiera sido completamente inútil para los propósitos de Dios. Jocabeb comenzó antes del nacimiento de su hijo, pidiendo en oración no solamente que Dios la orientara sino que la capacitara también para hacer lo que estaba en su poder a fin de socorrerlo con la mayor de las bendiciones, el precepto fiel y el ejemplo noble de una madre piadosa.
Vayamos un momento a Esteban cuando en su último sermón dijo: y cuando Moisés hubo cumplido la edad de cuarenta años, le vino la voluntad de visitar a sus hermanos, los hijos de Israel. Y vio a uno que era injuriado, defendible e hiriendo al egipcio, vengó al injuriado. Pero el pensaba que sus hermanos entendían que Dios les había de dar salud por sus manos, mas ellos no lo había entendido Hch. 7: 24-25
De estas palabras podemos deducir que Moisés sabía que era el elegido de Dios para la liberación de su pueblo mucho antes de recibir su divina comisión en Horeb. ¿ Y de quién habría llegado a saber de su futuro papel si no de los labios de su madre Jocabed.
Sino hubiese sido de esa forma como pudo decir: Oye Israel, Jehová, nuestro Dios, Jehová uno es, y estas palabras que yo te mando hoy, estará sobre tu corazón y las repetirás a tus hijos, y hablaras de ellas estando e tu casa y andando por el camino y al acostarse y cuando te levantes…..Dt 6: 4-9.
Siglos después el sabio Salomón dijo: guarda , hijo mío , el mandamiento de tu padre y no dejes la enseñanza de tu madre, átalos siempre en tu corazón……Prv 6:20-23
Se que ha sido extenso pero me era necesario hacer justo homenaje a la memoria de la digna Jocabed, quien , a pesar de tenerlo todo en contra y sin vacilar en su fe, no escatimó esfuerzo alguno para conservar la vida de su hijo y una vez salvado de un primer peligro se consagró fielmente a instruirlo en el conocimiento de Dios.
Que mejor testimonio puede desear madre alguna que el que las Escrituras dan al hijo de Jocabeb.
Dt 34:10 Nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien haya conocido Jehová, cara a cara.

 












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